
Seguimos consumiendo a diario
la leche que nos mandaron,
hasta que acabemos con ella
y tengamos unos huesos más
duros que el hormigón.
A los pasqualines les encanta
la leche tal cual,
sin añadirle nada en absoluto.






























Seguimos consumiendo a diario
la leche que nos mandaron,
hasta que acabemos con ella
y tengamos unos huesos más
duros que el hormigón.
A los pasqualines les encanta
la leche tal cual,
sin añadirle nada en absoluto.
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