Despedir a una maestra, gran compañera y amiga, porque ya ha llegado su momento de disfrutar de la merecida jubilación, es una mezcla de sabores dulces y amargos; sentimos una gran felicidad por ella, porque la vida le depara nuevas experiencias llenas de momentos felices, de disfrutar de la vida sin prisas y sin reloj.
Pero, por otro lado, un sabor amargo por no poder seguir disfrutando más de ella en el día a día.
Te echaremos de menos muchos momentos , recordaremos tus pasos , al dar los nuestros.
Gracias por tanto, porque nos has dado más de lo que te imaginas, porque cientos de alumnos que han pasado por tus manos, te recordarán siempre y ya eres parte de sus vidas.
Disfruta de cada instante que la vida te brinde y no olvides que el Pasquau es tu segunda casa, que te esperamos con los brazos abiertos cuando decidas visitarnos.
Un abrazo de parte de toda la comunidad educativa, que te daremos físicamente cuando la situación mejore.
Un gran placer que hayas sido
parte de la familia del Pasquau.
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